sábado, 20 de junio de 2009

POR UNA FRASE VIGENTE

El verdadero sentido de la vida.

Desde hace un tiempo, en círculos de amigos, se ha vuelto necesario el conversar sobre los grandes escándalos de corrupción y de problemas sociales (Pan nuestro de cada día). Los casos más recientes y de mayor controversia del año, definitivamente han sido: El artículo 30 de la Reforma Constitucional y el caso Los Haitises.

Las respuestas gubernamentales y estatales no fueron sorpresas, puesto todos conocemos la línea conservadurisima e injusta que caracteriza dichos litorales, e incluso por los mismos compañeros pertenecientes al partido de gobierno y en los que están en espera para aprovechar la zafra. Pero lo bueno que trajo el barco es precisamente lo que intentaré tratar.

En los últimos dos siglos, la vida de nuestra República y del mundo ha estado dirigida por grandes gurúes, quienes han llevado el guía de muy mala forma (al menos eso demuestran los hechos, con raras excepciones). Mil veces hemos escuchado la frase “Los jóvenes son el futuro” y quizás por eso nuestro cerebro la admita como buena y válida.

Hace unos meses encontré una cita de Madame de Knorr: La iniciativa de los jóvenes vale tanto como la experiencia de los ancianos; la cual me hizo analizar y reflexionar.

En todos los procesos históricos conocidos la juventud ha fungido como una pieza importante para la transformación social, por ser el sector poblacional con mayores posibilidades físicas y creativas para lograr dichos cambios.

En los últimos 10 años Latinoamérica ha dado muestras de su afán por salir de la falda e imposición de toda potencia extranjera (sobre todo la estadounidense) y los jóvenes esencialmente hemos sido los manifestantes.

Al encontrar todo aquello frente a mis pensamientos, remembré una idea que vengo madurando desde hace tiempo: los jóvenes tenemos el presente en nuestras manos, lo demuestran los índices de trabajo, el activismo y movimiento que se produce en las ciudades, entonces ¿porqué no aprovechar dicha circunstancia y darle un giro a la tendencia?

Estoy convencido de que el modelo de entregar al 100% nuestras ideas, fuerza de trabajo y disposición se ha agotado, ya está desfasado. Por ello, es necesaria una sustitución magna-proporcional, en donde los sabios de la tribu no salgan del campo del juego de manera completa, pero que sus funciones sean de calidad asesora más que de línea.

En lo adelante, el resto sería sólo un reto para mis contemporáneos, los mismos a quienes las generaciones pasadas criticaban, argumentándose en la lejanía de la realidad por parte nuestra. Y está idea no es sólo mía, he escuchado a esos experimentados expresar la preocupación por su relevo y el futuro, así como el planteamiento de que: para todo cambio es necesaria una ruptura. Entonces, como buen alumno he asumido el desafío.

Es necesidad y deber el que iniciemos una jornada de apropiación de los espacios en que participamos, sin importar el litoral. No estoy llamando a una insurrección contra nuestros progenitores, ni mucho menos. Sólo intento posicionar las manecillas del reloj en su lugar correspondiente, recordando que el futuro es de la niñez y que el presente es de los jóvenes, porque el pasado perteneció a los hoy ancianos.

Y reitero, no es que lo crea, sino que estoy convencido.
¿Qué dices?... ¿Te sumas?

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