martes, 22 de julio de 2008

Un Consejero Espiritual cargado de Conflictos



Si contáramos a diario la cantidad de veces que perdemos la oportunidad de hacer algo positivo por nuestra vida, simplemente por pensar de forma negativa y autoproclamar que no conseguiremos las cosas, les aseguro que el número es sorprendente. Desde hace más de una década un brasileño comenzó a contagiarnos de su “mística locura” como escuche a una amiga hace un tiempo llamarle.

Paulo Coelho y su peculiar narrativa cargada de verdades ocultas, de realidades escondidas, de trama y de locura, si así quisiera llamársele. Fundó el mundo de sus letras con el teatro, influencia notoria en su drama con la presencia de intensos sentimientos contrastados, pasando a ser compositor para grandes personalidades de la canción popular de su hermoso país, Brasil.

Desde 1987 abre el camino de su literatura con “El Peregrino de Compostela (diario para un mago)”, publicando un año mas tarde “El Alquimista”. La duda sobre lo que ha de acontecer, también hace parte de los grandes protagonistas de la literatura coheliana, sin embargo, aquello que la convierte en única es justamente la identificación de los personajes y nuestra intima similitud con ellos.

La superación personal es hoy en día uno de los tópicos mas consultados, gracias a la necesidad y la conciencia que esta haciendo el ser humano en pro de la superación de sus debilidades y problemas. Es precisamente esto lo que ha convertido de uno de los autores mas vendidos.

Con más de 150 países que han importado su pensamiento, traducido a más de 54 idiomas, es la razón por la que Coelho y sus obras han obtenido más grandes reconocimientos, pero el mayor de ellos es el público que admira su técnica, la cual le permite envolvernos y comprobar que hay que dar gracias por todo.

Una gran experiencia
El fenómeno existencial es desde los inicios de la vida uno de los grandes conflictos del ser humano, Shakespeare es recordado grandemente por ello. Mi primer encuentro con las letras del hombre que me enseñó que todo tiene justificación en la vida, por más absurda que esta pueda parecer, se dio con el tras antepenúltimo libro: Verónica decide Morir (1998). Su fluidez al escribir, la intensidad con que tinta la trama envolvedora, contagiosa me hizo suspirar más de 40 noches en las cuales leía y leía, repetía y repetía los procesos de la pieza, cuya construcción técnica es tan impactante que para lograr consumirla se hace necesario agotar el más mínimo de rincón de ella.

La locura, la coherencia, la incongruencia y contradictoria a veces, hace parte de la normalidad que queda suspendida en el libro como reflexión a la que invita la obra. Pero sin lugar a dudas el mensaje protagonista es indudable...nadie sabe lo que tiene, hasta que lo ve perderse! Y es por ello que verónica no quiso morir.

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