miércoles, 2 de julio de 2008

El último en la lista

La semana pasada el país nuevamente se consternó por el asesinato de un menor de 14 años de edad a manos de delincuentes. Lo antes mencionado es una terrible y lamentable realidad que vive nuestra sociedad, pero peor aun es que el número de casos de la misma índole es creciente.

Más insólito es ver cómo las autoridades y la sociedad completa sigue observando todo lo ocurrido como si se tratase de un espectáculo cualquiera, todo ello gracias a las respuestas que el actual sistema de seguridad nacional y sus métodos (obsoletos) de cómo contrarrestar las malas políticas y los mediocres efectos que las mismas causan, repitiendo el fracasado mecanismo de atacar los efectos y no las causas, dígase como comprar queso para atrapar un ratón sin haber comprado la ratonera, pura charlatanería.

A inicios de esta semana tuve la horrible fortuna de ser victima de un atraco y hay que ver el pavor que se siente, sobre todo porque lo primero que pasa por tu mente es si serás el próximo del conteo diario de perdidas humanas gracias al vandalismo, que por cierto ya parece zafra. La impotencia es el sentimiento por excelencia en estos momentos, por ver como una persona carga con tu sacrificio y tus esfuerzos, mucho más cuando una esquina adelante vez las “patrullas de vigilancia” detener, revisar y hasta irrespetar a jóvenes procedentes de las universidades y liceos que ellos mismos están concientes no pertenece a la organización más numerosa: la de los ladrones.

No cabe duda que el sistema neoliberal por el que hemos sido gobernados en los últimos tiempos y las políticas emanadas del mismo, es la causa matriz de la actual situación, expresándose en el desastre económico mundial que presenciamos hoy día, el desgaste moral de las sociedades y los paupérrimos niveles de educación, todos estos causantes del incremento en las tazas de delincuencia, desertores y rezagados sociales a cada momento.

Pero de lo que estoy más que seguro es que el sentimiento no es el mismo cuando se es el afectado o se esta cerca del mismo. Ser cautelosos e intentar manejar los nervios es la recomendación para no ser el o la próxima victima, ojala no. Que cosas de la vida estas…

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