sábado, 1 de noviembre de 2008

NI UNA COSA, NI LA OTRA, SINO TODO LO CONTRARIO




Desde hace algunos días, vengo pensando en la pobremente triste suerte que ha gozado esta tierra, que si bien es cierto, es bendicida por nuestro Dios todo poderoso.




La reflexión inicio al ver el cómo las realidades y las necesidades se convierten en un justificaciones cuando los intereses particulares se ven afectado por los colectivos. Un país con choferes y dirigentes del transporte que parecen haber salido de escuelas de negocios y no de sindicatos, empresarios graduados summa cum laude en evación y politiqueros investidos de funcionarios que cada año engordan su ignorancia tanto como sus bolsillos.

Una historia cargada de pseudo heroes y que parece tararear "nada es como se ve", autoridades que más que se parte del problema, son la representación del mismo y la perdida de valores encarnando al comejen de la comedia, de la cual no debemos olvidar que los Yanquis han servido de alimento.




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